Trastornos de la personalidad: ¿dónde acaba la normalidad?

Hace poco publicábamos «¿Qué conoces cuando conoces a alguien?«, indagando en el significado de personalidad y cómo la Psicología abordaba la ardua tarea de estudiar al individuo como un todo. Aunque en aquella entrada dábamos alguna pincelada al respecto, en esta ocasión profundizaremos un poco más en los trastornos de la personalidad, tratando de hallar una definición que nos permita comprender por qué es tan complejo el estudio, así como el tratamiento de dichas psicopatologías. Tengamos en cuenta que afirmar que el patrón de características que configura la manera de ser de un individuo puede ser patológico, es cuanto menos controvertido y difícil de definir; a partir de aquí pueden surgir las cuestiones más complejas del ámbito clínico: ¿dónde acaba la normalidad y dónde comienza la patología?

La definición imposible

Aunque fue difícil llegar a una definición comprensible de lo que significa personalidad en el ámbito psicológico, pudimos concluir, parafraseando a Nuñez Gaitán y Rodríguez Testal (2011), en que la personalidad era aquel conjunto (y construcción o articulación) de los aspectos temperamentales (rasgos), caracteriales y contextuales equivalente, en gran medida, con el self (roles característicos y relatos de vida); la constelación completa de la persona (Millon, 2006). Pero si encontrar un consenso para definir la personalidad fue una ardua tarea, la empresa en la que nos embarcamos para clarificar el trastorno de la personalidad se presenta casi como un sueño imposible.

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¿Qué conoces cuando conoces a alguien?

Llegas a la fiesta que ha organizado un amigo en su casa. Conoces a la mayoría pero, de pronto, alguien toca la puerta. Es Lucía, una amiga de una amiga. Introducen a la nueva invitada al grupo y a mitad de la noche coincidís en un rincón del salón y comenzáis a charlar. La conversación es fluida y fácil porque Lucía parece ser extrovertida y muy animada. Te cuenta acerca de su fascinación por la música clásica y las ganas que tiene de ir a un concierto el mes que viene. Cuando le preguntas sobre su profesión, no tiene reparos en decir que odia su trabajo como informática en una oficina del centro y cuánto se arrepiente de haber estudiado esa carrera. Una vez en confianza, Lucía también te habla de sus inquietudes espirituales y reconoce que, aunque proviene de un contexto católico, en estos momentos se considera agnóstica.

De repente, la mujer te comenta que debe ir al lavabo y, al volver nuevamente al salón, Lucía parece otra. Apenas habla y se mantiene muy reservada, con el semblante serio. A tu amiga no parece llamarle la atención la actitud de Lucía pero tú comienzas a preocuparte. Logras conversar en privado con tu amiga sobre lo que observas en la invitada que acabas de conocer y ella te responde sin preocupaciones que Lucía siempre ha sido de humor cambiante y que pronto lo comprobarás. Y efectivamente, tras unos minutos, Lucía vuelve a ser la misma muchacha dicharachera que habías conocido hacía unos instantes.

¿Qué has conocido de Lucía esta noche? Sabes que en realidad no es tan impredecible como creíste en un momento dado y que los cambios de humor pueden ser una constante en ella. Por otra parte, también sabes que puede ser una chica reflexiva y segura de sí misma a la hora de reconocer ciertos aspectos negativos de su vida. Sus anécdotas te dan pistas acerca de su trayectoria espiritual y laboral… En definitiva, esta noche has vislumbrado la personalidad de Lucía.

En este hilarante diálogo de "Pulp Fiction" (1994) comprobamos uno de los muchos significados y connotaciones que la palabra "personalidad" tiene en nuestro lenguaje.
En este hilarante diálogo de «Pulp Fiction» (1994) comprobamos uno de los muchos significados y connotaciones que la palabra «personalidad» tiene en nuestro lenguaje.

La máscara

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¿Aprendido o heredado?

¿Qué parte de nosotros es heredada y cuál es aprendida? ¿Es cierto aquel refrán “de tal palo tal astilla”, como si no pudiéramos hacer nada al respecto? ¿Hay ciertas cosas con las que nacemos y no podemos cambiar?

Entendemos personalidad como aquello que nos diferencia a unos de otros. La personalidad es donde recae todo aquello que somos o creemos ser. Es lo que nosotros mismos identificamos como nuestro “yo”. ¿Pero cómo se define la personalidad? La personalidad es un patrón estable en el tiempo y resistente a la extinción, es la conjunción de temperamento y carácter. El temperamento es un fenómeno que surge desde la infancia teniendo cierto carácter biológico y que representa una base para la futura personalidad. Es estable en el tiempo pero puede verse modificado por el influjo del entorno. Por otro lado, el carácter se asienta durante la vida a través de la experiencia. Es la manera en la que el individuo “se enfrenta al mundo haciendo uso de sus facultades, es decir, en su sentir y en su obrar, en sus decisiones voluntarias, valoraciones y objetivos, en su juicios y orientaciones espirituales, con todo lo cual adquiere su existencia individual (…) que le diferencia de los demás” (Lersch, 1996).

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