Hace poco publicábamos «¿Qué conoces cuando conoces a alguien?«, indagando en el significado de personalidad y cómo la Psicología abordaba la ardua tarea de estudiar al individuo como un todo. Aunque en aquella entrada dábamos alguna pincelada al respecto, en esta ocasión profundizaremos un poco más en los trastornos de la personalidad, tratando de hallar una definición que nos permita comprender por qué es tan complejo el estudio, así como el tratamiento de dichas psicopatologías. Tengamos en cuenta que afirmar que el patrón de características que configura la manera de ser de un individuo puede ser patológico, es cuanto menos controvertido y difícil de definir; a partir de aquí pueden surgir las cuestiones más complejas del ámbito clínico: ¿dónde acaba la normalidad y dónde comienza la patología?
La definición imposible
Aunque fue difícil llegar a una definición comprensible de lo que significa personalidad en el ámbito psicológico, pudimos concluir, parafraseando a Nuñez Gaitán y Rodríguez Testal (2011), en que la personalidad era aquel conjunto (y construcción o articulación) de los aspectos temperamentales (rasgos), caracteriales y contextuales equivalente, en gran medida, con el self (roles característicos y relatos de vida); la constelación completa de la persona (Millon, 2006). Pero si encontrar un consenso para definir la personalidad fue una ardua tarea, la empresa en la que nos embarcamos para clarificar el trastorno de la personalidad se presenta casi como un sueño imposible.